jueves, 14 de noviembre de 2013

Ignorantia Supina

Recordaba hace poco, leyendo un "paper" (ahora se llaman papeles a lo que antes llamábamos artículos o escritos) de Félix de Azúa sobre el inútil griterío que ha sustituido al debate político, la escena de la inconmensurable película "La vida de Bryan" en la que Poncio Pilatos incapaz de pronunciar la "r" trataba de mantener la dignidad diciendo que su amigo Pijus Magníficus estaba casado con Incontinentia Suma, mientras la guardia de palacio, incapaz de contener la risa, iba siendo enviada a luchar con los leones.

Poco más o menos eso viene a ser el debate político en España a día de hoy, y no hablo del debate de barra de bar, sino del de las lamentables tertulias  pretendidamente serias que pueblan la geografía televisiva o radiofónica, o el más lamentable aún debate parlamentario (municipal, autonómico o nacional).

Alguien utiliza dos o tres frases vacías construidas por los demóscopos de su partido a fin de soliviantar los ánimos del respetable, y su rival político (periodista ilustrado, político, candidato a primarias, o personajillo de poca monta con aspiraciones) le responde con otra elaborada por "los de prensa" de su partido con el objetivo exclusivo de soliviantar los ánimos de los respetables votantes del suyo.

Al final esto deviene en un cruce de palabrería al uso, modismos más o menos contemporáneos y vaciedades, que mueven al personal de uno u otro bando a la trifulca, el alboroto y el gallinerismo fútil, pero eso sí, encendido y febril.

Las ideas, el pensamiento, la razón y zarandajas de semejante porte, han quedado relegadas a unas pocas cátedras, servicios de estudios de grandes compañías y algún que otro rincón de algún club de fumadores, pero desde luego absolutamente alejadas de la comunidad a cuyo fin se destina tanto sesudo conocimiento y tan desgastador análisis de cuanto nos rodea.

Y es que la democracia mal entendida, y especialmente cuando se compite por obtener los peores resultados del mundo en los Informes Pisa, a lo que conducen es al embrutecimiento no ya del ciudadano medio, más preocupado por los precios de la internet TV, full HD, y si da el presupuesto también 3D, (o por el último lesionado de su equipo, o por comprarse unos Manolos o por el ultimo amorío de vaya usted a saber quien) que por la manera en que su comunidad es dirigida, sino al embrutecimiento de quienes deben dirigir todo esto, y que tarde o temprano, acaban asumiendo el papel que representan tantas veces cada día, en lugar de mantener sus creencias, sus principios y sus formas originarias.

Yo que de puro pacífico lo soy tanto que a mi lado Gandhi sería un skinhead (con perdón de la brusquedad de la comparación) no he entendido jamás que alguien pueda llegar a la violencia por temas políticos, y mira que han generado guerras esos temas, pero menos aún lo entiendo cuando lo que se sabe de política es menos que nada, especialmente porque a uno le dicen los que de comunicación entienden, que no explique, que no razone, que ataque con frases que contengan "argumentos fuerza", con tres o cuatro palabras que sienten de culo en el suelo al rival.

Y a base de simplificar, hemos oído que el PSOE en su momento de máximo poder de las bases para definir el camino que debe conducirles a gobernar España para rescatarla de su deriva, ha decidido que su ideario político pasa por ser feminista, comprometido con el medio ambiente y con la laicidad.

Ignoro de qué manera un hombre pueda llegar a ser feminista. Yo en mi modestia soy bastante fan de la igualdad de derechos, que no de la igualdad absoluta, más que nada porque siendo yo del género masculino, no tengo ni el más mínimo interés en tener derecho a quedarme embarazado, ni a poder operarme los pechos por la Seguridad Social por motivos psicológicos. Nada tengo en contra de los compromisos y mucho menos si esos compromisos pasan por ser con el medio ambiente, pero desde luego niego que un partido que se llame a si mismo democrático, pueda ser laicista. Laico sí, desde luego, pero ¿laicista?

Para empezar laicidad es un término recién incorporado al diccionario de la Real Academia de la Lengua que es esa que tiene un eslogan más propio de un limpiametales que de una de las reales academias, pues reza "limpia, fija y da esplendor" y por curioso que parezca dice su diccionario que laicidad es el "Principio de separación de la sociedad civil y de la sociedad religiosa" mientras que laicismo es la "Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa", pero en términos político-sociales, laicismo es la separación de iglesia y estado, mientras que laicidad es la lucha contra el poder de la confesión religiosa, y el esfuerzo por evitar su presencia activa en la sociedad, y dado que en España tenemos, según las oleadas del CIS, a no menos de un 73% de ciudadanos que dicen ser católicos, a mi entender parece más sensato mantener la independencia de estos frente al Estado, que tratar de construir un Estado empeñado en convertirlos al ateismo, sobre todo si pensamos que en democracia, una de las obligaciones del estado es garantizar la libertad de creencias de los ciudadanos y respetar estas creencias, más aún si, como es el caso, son mayoritarias.

Pero en el gallinero en que se ha convertido cualquier debate, ¿quién es capaz de distinguir entre laicismo y laicidad cuando ni si quiera la Real Academia de la Lengua lo hace con claridad? ¿A quien le importa que haya un 73% de católicos si lo que más parece que pita es lo de la laicidad?

Lo que más gusta es decir ¿viste como sacudió ayer el político o periodista x al político o periodista y?

Y así seguiremos con Felix de Azúa descubriendo como cualquier debate de ideas queda en el ostracismo de las élites intelectuales, si es que queda alguna ,y mientras asistiremos a políticos que se dedican al inútil griterío tanto en las tertulias como en los despachos, las comisiones y los parlamentos, creando legislación gritada, decisiones gritadas, y posturas gritadas, y para muestra la sandalia del CUP, los sies noes del independentismo de Mas, las arrancadas de jaca andaluza y parones de burro manchego de Wert y tantos ejemplos que a día de hoy encontramos en quienes tienen que regir nuestros destinos o nos ilustran con su inconmensurable sapiencia desde sus tertulias.

Reto a quien me lee a añadir su ejemplo o caso conocido para que así, ya que nos llevan a los leones, al menos riamos con ganas como hacían los soldado romanos del palacio de Poncio Pilatos en La Vida de Bryan" cuyo enlace os dejo con mucho gusto para deleite general. http://youtu.be/So4BuQ7HW3Y



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