jueves, 14 de noviembre de 2013

Educando a la antigua usanza

Esta entrada no va sobre la LOMCE, sino sobre la EDUCACIÓN, sobre lo que es y lo que puede llegar a ser, o al menos sobre abrir un debate sobre la educación con mayúsculas.

Lo primero que me ha llamado siempre la atención es que se llame educación a lo que debería llamarse formación. 

Educar, que en su origen latino significa guiar, encaminar, alimentar o conducir, no debiera ser utilizada para referirse a la formación académica, sino más bien al conjunto que debieran formar ésta con la otra, también fundamental, de las creencias, los principios, los valores y en fin todas aquellas cuestiones que en el comportamiento humano acaban por conformar a la persona como ser social, algo absolutamente fuera del actual sistema educativo.

La formación la dan los colegios, institutos, universidades y otros centros, mientras que la educación la da el entorno inmediato.

En segundo lugar, ya sería un avance importante que fuera comúnmente aceptado que la educación es una tarea en la que se requieren necesariamente al menos dos instancias actuando conjuntamente, que son colegios y padres, dado que muchos padres han abdicado de la educación de sus hijos en favor de los colegios a los que asisten, pero eso no sería suficiente, porque el entorno es vital en la educación integral de los individuos.

Seguramente, salvo los más jóvenes, todo el mundo recuerde, al menos, la canción que servía de entrada al programa Un globo, dos globos, tres globos, que emitió para los niños TVE que era la única emisora existente en aquel momento en España, desde 1974 a 1979, pero lo que pocos recordarán es que aquel programa infantil se componía de cuentos, concursos, juegos pero también de arte, entrevistas, teatro, documentales, música, cine, información... Que alguien busque un programa infantil con entrevistas, documentales, teatro e información en la parrilla de cualquier televisión del hemisferio norte del planeta.

Aseguro a los lectores que aquello mantenía a la infancia del país pegada a la pantalla, y no porque no existieran otras opciones. Claro que existían. Y muchas más que ahora, porque entre otras diversiones, uno podía bajar a jugar a la calle solo, ya que en la calle estaban sus amigos, pero desde luego no durante la emisión de Un globo, dos globos, tres globos, porque estaban todos en casa viendo el programa.

Se critica con firmeza el aislamiento de los niños que ahora ya no juegan y se han hecho adictos a todo tipo de consolas portátiles y fijas, condenando al abandonando y la ruina a columpios, toboganes, pelotas, palos, chapas, cajas y el resto de los juguetes que pueden adquirirse por fabulosas sumas en cualquier establecimiento. 

En primer lugar no es cierto que tal cosa sea así y basta con pasar por cualquier parque infantil para comprobarlo, y en segundo lugar, el manejo de la tecnología va a ser consustancial a sus vidas, por lo que ese manejo temprano de los aparatos de toda marca, tipo y precio, les será de ayuda, del mismo modo que les es de gran utilidad el concepto que les obligan a asumir los videojuegos de intentar las cosas una y otra vez, probando diferentes alternativas, hasta que son capaces de pasar la pantalla en la que se han atascado. Pero es que además, si pensamos en retroceder 40 años, sin salirnos de España, veríamos a todos los niños jugando y casi ninguno trabajando como hubiéramos visto otros 40 años más atrás, y a los abuelos seguramente criticando tal actitud, con el argumento de que estábamos criando a una generación de vagos.

Pero si estas cuestiones son fundamentales, y me refiero a que educar no es formar, los colegios forman, las familias y el entorno educan y los tres ámbitos son los que darán el resultado final, hay otras mucho más fundamentales que ni si quiera están presentes en los debates sobre educación. A modo de ejemplo, Ken Robinson o Richard Gerver, dos de los más influyentes expertos mundiales en formación, afirman que los sistemas educativos están absolutamente anticuados y desfasados, porque siguen estando pensados para la sociedad industrial, para encontrar un trabajo mejor cuanto más lejos se haya llegado en los estudios, pero el mundo de ahora no es el industrial, sino el de los servicios y sobre todo el de la tecnología. Si se quiere vivir en el mundo industrial habrá que mudarse a Asia.

Tampoco estamos en un entorno cultural nacional sino global, tampoco estamos en un mundo en el que el conocimiento sea necesariamente distribuido por los profesores, sino que está en internet, ni las relaciones sociales se encuentran en las calles, sino en las redes sociales. Sin embargo, no existe sistema educativo que se haya quitado de encima el siglo XIX y haya dejado de educar a los niños del mismo modo que a sus padres y a sus abuelos, a excepción de haber eliminado la lista de los reyes godos y poco mas, porque seguimos empeñados en que las materias importantes son las matemáticas, la física, la química, y no la creatividad -fundamental para encontrar nuevas vías, nuevas profesiones, nuevas ideas- o el arte, o la inteligencia emocional...

Todo el mundo sin excepción dirá a un niño, "céntrate en las matemáticas que te darán un futuro, no pienses en ser músico o pintor porque nunca llegarás a serlo, porque es muy difícil", pero nadie te dirá "no te centres en la química, es muy difícil que llegues a ser un gran químico" cuando la verdad es que ser un gran químico es tan difícil o más que ser un gran músico o pintor, o bailarín.

En el mundo real no nos encontramos problemas de matemáticas o de lengua, sino problemas complejos, no estancos. Ni si quiera las ciencias viven separadas unas de otras, aisladas y sin mirarse, sino todo lo contrario ¿Dónde se puede estudiar sin compartimentos estancos? ¿Dónde hay un sistema educativo que enseñe creatividad como asignatura tan importante como cualquier otra? ¿A qué alumno le queda para septiembre la asignatura "trabajo en equipo" cuando todos sabemos que a día de hoy es fundamental saber trabajar en equipo para cualquier empresa?

¿Se plantea alguien en enseñar a nuestros hijos a influir en el mundo en el que vive? ¿Se enseña a ser parte del entorno y a mejorarlo? ¿Se enseña a hacer un mundo mejor para todos?  ¿Dónde está la formación emocional?

Yo, sinceramente, creo que estas asignaturas son absolutamente fundamentales y falta debate educativo, léase debate social, político, o periodístico, que las incluya como parte básica de la formación y ya de paso que cambie radicalmente el sistema educativo surgido de la revolución industrial, para crear uno nuevo que se adapte a la sociedad de la información, para evitar que el fracaso escolar sea desmedido, los alumnos vivan el estudio con absoluta desmotivación y sobre todo para no crear una generación de personas capacitadas para un mundo que ya no existe. 

Cualquiera con un móvil puede integrar, calcular cosenos, saber cuales son las capitales de todos los países de Africa, consultar Los Comentarios de la Guerra de la Galias de Julio César o conocer el bosón de Higgs o cualquier otro conocimiento por ignoto y técnico que quiera ser, pero por muchos smartphones, tablets, o portátiles que utilicen, serán incapaces de ser creativos, salvo que se lo hayamos enseñado durante su formación. Al menos así es con la tecnología disponible en este momento...






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