jueves, 29 de enero de 2015

Confianza en el ser humano

Frente a quienes tienen visiones catastrofistas, altamente negativas e incluso quienes detestan al ser humano que los hay y muchos, yo mantengo mi confianza en la capacidad del ser humano para superar los problemas -como especie, claro está- puesto que viene demostrando desde hace unos 200.000 años, fecha en la que se data según la mayor parte de los estudios la aparición del homo sapiens, que lo que mejor hace es adaptarse y sobrevivir.

Estamos inundados de teorías "findelmundistas" basadas en ideas fijas, que en algunos casos son ya verdaderas obcecaciones históricas, cuya base científica está más que en entredicho, pero cuyo origen científico fue innegable, y dada la predisposición cultural mayoritaria en occidente a considerarnos como especie los culpables de todo lo que ocurre, siguen campando por las redes, la prensa, las conversaciones de amigos y donde quiera que alguien hable con alguien.

Si comenzamos con Malthuse, por empezar por algún sitio, pues bien podríamos empezar por la Grecia clásica o por el fin del primer milenio de las zonas de creencia cristiana, que en los años siguientes al año 1.000 provocaron grandes hambrunas por el abandono de los campos por los campesinos convencidos de que el año 1.000 sería el fin del mundo, si comenzamos por Malthuse, decía, en 1.798 ya predijo el agotamiento de los recursos alimentarios que crecían aritméticamente frente al crecimiento geométrico de la población mundial. No recuerdo quien apostó con Malthuse que sus teorías no se cumplirían pues el ser humano es capaz de adaptarse y generaría alimento suficiente o reduciría el ritmo de crecimiento de población. Pese a que la teoría malthusiana no se ha cumplido y que aquel amigo de Malthuse ganó la apuesta y la cobró, hoy seguimos teniendo que escuchar a los post malthusianos, por llamarles de alguna manera, con sus previsiones que indefectiblemente, década tras década, dejan sus teorías a los pies de los caballos, pero ahí siguen.

Tres cuartos de lo mismo ocurre con la teoría del pico de producción de Hubbert quien en 1.971 afirmó con su modelo matemático que el pico máximo de producción de petroleo ocurriría en el 2.000. Dado que tal cosa no sucedió, la Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo y el Gas recalculó de nuevo que sería en 2.010. Tampoco ocurrió, pero ahí siguen.

Podríamos hablar de la teoría del colapso energético que prevé que volveremos a la edad media de un día para otro en el momento en que haya un apagón generalizado y las centrales productoras de energía se vean realmente sobre saturadas y no sean capaces de re arrancar pues la demanda en el momento de arranque será igual a la que había en el momento en el que se produjo el apagón, por lo que empezarían a escasear no solo la electricidad sino el petroleo por la imposibilidad de refinarlo, transportarlo o suministrarlo, los alimentos, etc. 

O podríamos hablar del cambio climático como causa del fin de la especie humana, cambio climático que se debe a la influencia humana y en mayor medida a los movimientos del eje de la tierra, los cambios en la superficie del sol y una larguísima serie de factores que ya quisieran los meteorólogos del mundo conocer en profundidad.

Existen amenazas más reales, como el PEM o pulso electro magnético producido por una tormenta solar en el momento en el que el campo magnético que nos sirve de escudo quede desarmado por que los polos decidan dar uno de sus no tan infrecuentes paseitos por el planeta, o la llegada de un asteroride demasiado grande y rápido, suponiendo que pille muy despistados a los gigantes gaseosos y el sol cuyos campos gravitatorios tiene por costumbre atraer a esos cuerpos celestes hasta tragárselos.

Incluso la amenaza de la pérdida de la luna, que se aleja 3,8 cm anuales de nuestro planeta por la aceleración que provoca en ella el tirón gravitacional de las mareas, y cuando a base de ganar momento angular salga de nuestra órbita (para entonces el día durará meses en lugar del poquito más de 24 h actuales) la tierra perderá estabilidad en el eje de rotación, lo que hará que los polos puedan llegar a ecuador y obviamente viceversa, y que el planeta deje de girar de manera que en medio planeta será noche eterna y en el otro medio día eterno.

Ya hemos superado el efecto 2.000, el arranque del colisionador de hadrones, las vacas locas, la gripe aviar, la porcina y no se cuantas teóricas amenazas planetarias más. 

Hay desde luego otras amenazas no tan reales y de las que no estoy dispuesto a hablar, como la teoría de Olduvai, o la del colapso social y otras semejantes.

Pero resulta que aquí seguimos, y en contra de la popular creencia, nuestros mayores esfuerzos y nuestras mayores producciones no se destinan a matarnos entre nosotros o a asesinar ballenas, o a acabar con alguna selva, sino a la ciencia, y no a la militar como muchos estarán pensando. 

Las mayores máquinas jamás construidas por el ser humano se destinan a la ciencia civil y así el LHC o Large Hadron Colider de Ginebra, popularmente conocido como el acelerador de partículas, con sus 27 kms de circunferencia es sin duda la reina de esta categoría, pero hay otras máquinas gigantes:

Ice Cube, un detector de neutrinos con forma de exágono bajo una capa de 50 mts de hielo que se extiende hasta 2,4 kms de profundidad en el antártico, lleno de detectores a la caza de cualquier neutrino que interactúe con su inmensa estructura.

Y se prepara otro aún mayor en el Mediterraneo.

O Super-Kamiokande, otro detector de neutrinos enterrado a 1 km de profundidad que aloja en su interior 50.000 Toneladas de agua, que se tarda poco en decirlo, y 11.000 tubos multiplicadores y que parece una máquina extraterrestre.




Y de estos extraños y gigantescos laboratorios han nacido miles de invenciones de las que hacemos uso en nuestra vida diaria como el World Wide Web, o sea lo que conocemos como internet, invento del CERN, que es quien gestiona el LHC, que lo inventó para poder transmitir la ingente cantidad de datos que genera, y que liberó gratuitamente todo el software necesario para que un ordenador pudiera conectarse a un servidor. O los aceleradores de partículas que se utilizan en medicina nuclear, o algunos métodos de diagnóstico ...

Sí. Definitivamente, lejos de teorías catastrofistas, de la idea de que el ser humano es malo malísimo comparado con el resto de las especies, y de los autoinculpamientos por vaya usted a saber qué cosa que acabará con nuestro planeta, algo que tarde o temprano hará el universo por si mismo (1), yo confío en el ser humano como especie, como la única especie conocida que se preocupa por la vida como concepto, sea esta de un insecto o de un mamífero vertebrado. Y eso sólo por el momento ya que la vida unicelular no tiene defensores actualmente, aunque si le damos tiempo al tiempo saldrán defensores de las bacterias, suponiendo que no haya embriones de estas tendencias en algún lugar del Medio Oeste o de los frondosos bosques de Europa Central por poner dos lugares al azar.

Confío en esta especie de conglomerado de residuos nucleares que somos los humanos -y todo lo que vemos a nuestro alrededor(2)- y en su capacidad para vivir, adaptarse y hacer el bien.

(1) A medida que el sol vaya acabando con su combustible nuclear, es decir con el hidrógeno que se entretiene en fisionar para crear helio, varias partículas y energía que nos llega en forma de luz y calor irá haciéndose mas brillante, por lo que dentro de unos 1.000 millones de años, que es mucho, pero que mucho tiempo, incluso más que la edad de jubilación que existirá por esa época, el calor en la tierra será tal que los océanos hervirán, haciendo imposible la vida en el planeta, salvo quizá en algún profundísimo océano, pero poco después, unos 2.500 millones de años después, la Tierra estará tan abrasada que será imposible cualquier forma de vida basada en el carbono como nosotros. Y 5.000 millones de años mas tarde, probablemente será engullida por el sol que será una gigante roja. Claro que eso será si al chocar la Vía Lactea con Andrómeda no salimos disparados hacia el espacio y nos congelamos, o bien colisionamos con otra estrella nuestra o de Andrómeda y nos espachurramos, o la Tierra se sale del sistema solar por la cercanía de alguna otra estrella o ...

(2) Toda la materia está compuesta por partículas generadas por las estrellas, a excepción del hidrogeno, el helio, y litio y no se sabe con seguridad si algo más generados por el big bang.
Las estrellas, que son verdaderos reactores nucleares, fusionan esos tres elementos produciendo elementos más pesados. Además cuando agotan su combustible explotan, por decirlo de una manera gráfica, y generan el resto de los elementos químicos, de forma que todo lo que vemos e incluso nosotros mismos, somo resultado de procesos de fisiones y fusiones nucleares, o lo que es lo mismo, residuos radiactivos, hasta tal punto que los seres humanos contenemos, por ejemplo, potasio, un elemento radiactivo, por lo que emitimos neutrinos constantemente.









No hay comentarios:

Publicar un comentario