Es indignante que con 6 millones
de parados, en una de las crisis más graves que el mundo ha conocido desde la
Segunda Guerra Mundial y en una España que tiene dificultades para crecer menos
del 1%, las empresas decidan subir el sueldo a sus directivos nada menos que un
7% en los últimos 7 años.
A la vista de semejante estudio
publicado ampliamente por la prensa económica y generalista a mediados de enero,
sólo cabe pensar que tiene que existir una amplia lista de razones para que una
empresa que no crece, que despide a su fuerza de trabajo, que es incapaz de
obtener préstamos y que tiene un panorama por delante no demasiado optimista,
tome la decisión de incrementar su gasto en los sueldos más caros de toda su
masa salarial.
Claro que si pensamos un poco más
y no nos quedamos en lo que nos cuentan, veremos que hay una razón muy poderosa
por la que este estudio arroja ese resultado: El estudio está mal hecho.
Mi afirmación no es espontanea ni
se basa en la intuición, sino en un fenómeno bien conocido por los economistas
expertos en crecimiento, que saben de sobra que en épocas de bonanza estos
estudios dicen que los sueldos de los ejecutivos bajan y en épocas de crisis
suben y que eso no es real.
Tan curioso efecto se debe a la
forma en la que se recogen y analizan los datos en este tipo de estudios, y
para comprenderlo mejor pondré un ejemplo: Supongamos una empresa con 4
trabajadores. El de nivel más bajo gana 1.000 € y los demás incrementan 1.000 €
por nivel (2.000, 3.000 y 4.000 € respectivamente) de modo que la media de
sueldos es de 2.500 € que se calcula dividiendo el total de las retribuciones (10.000
€) entre el número de trabajadores (4).
Nuestra lógica, y la experiencia,
nos dicen que como consecuencia de la crisis lo que pasa es que los
trabajadores de menor nivel suelen ser despedidos, y los sueldos bajan en todos
o casi todos los niveles, ya que la empresa tiene menos trabajo y gana menos, de modo que supongamos
que ahora quedan los tres de nivel más alto, pero cobran 250 € menos cada uno,
es decir 1.750, 2.750 y 3.750 €. Si calculamos ahora la media , dividiremos
igual que antes el total de la masa salarial, es decir los 8.250 € entre los 3
trabajadores que quedan en plantilla, y el resultado son 2.750 €, es decir, que
con despidos y reducciones de sueldo, lo que encontramos es que, en este
estudio, los salarios de los tres grupos de trabajadores intermedios y
directivos han pasado de 2.500 a 2.750 € lo que representa una subida nada menos
que de un 10%, y digo los de los cuadros medios y directivos, porque los
trabajadores de nivel más bajo ya no cuentan a efectos de cálculo de sueldo al
haber sido despedidos. Pero como ha quedado claro, eso no es verdad.
¿Qué ocurre con los directivos
tomados aisladamente? Pues un efecto igualmente distorsionador. Si tenemos en
cuenta que el presidente de Bankia no cobra sueldo (el anterior cobraba
millones) del mismo modo que han sido despedidos los directivos de las cajas,
los de muchas empresas públicas, pero que hay muchas empresas que conservan los
de antes con sueldos astronómicos, como son las del IBEX, resultará que aunque
hayan bajado realmente, como son menos los que hay que utilizar en el divisor,
un estudio hecho de esta forma concluirá que sus sueldos han subido.
En la noticia completa se decía
que los empleados de niveles más bajos habían perdido un 0.5% de su salario
desde 2.007. Obviamente tampoco es cierto pero volvemos a lo mismo. Cobran
mucho menos pero son desproporcionadamente menos los que aún siguen empleados,
por lo que el dato también es completamente erróneo. No cabe duda de que los
empleados menos cualificados han perdido muchísimo más que ese 0,5% de sueldo
en estos 7 años.
Una vez más nos encontramos un estudio que refleja la realidad como un espejo, es decir, justamente al revés y con una masa enorme de personas que se lo creen a pies juntillas sin pararse a pensar si será o no verdad.
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