Hay muchas cosas que todo el mundo da por ciertas y no lo son en absoluto. Una de ellas es la extendidísima creencia que afirma que el agua de un desagüe gira en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio norte, y nada más pasar el ecuador, gira en sentido contrario debido al efecto Coriolis.
Al no tener masa suficiente como para que el efecto Coriolis pueda afectarle, el agua de un desagüe girará en uno u otro sentido en función de la forma del recipiente, las estrías que tenga o no la tubería, etc, pero desde luego nada tiene que ver el hemisferio en el que esté el desagüe, ni su proximidad o lejanía al ecuador o los polos.
Del mismo modo hay una creencia extendidísima que mantiene que los políticos en España cobran sueldos vitalicios, tienen muchas ventajas económicas y sueldos astronómicos que del mismo modo que el sentido de giro del agua, tampoco es cierta.
Ya he comentado en otro post que hay una gran mayoría de alcaldes y concejales que no cobran ningún sueldo y del resto, de los que cobran, son amplia minoría los que tienen sueldos altos frente a la legión silenciosa de los que los perciben bajos o muy bajos, pero como quiera que en política se reacciona ante la opinión pública y no ante la realidad, puesto que el sistema hace que un político que se plegara a la realidad, en el supuesto que ésta fuese cognoscible, dejaría inmediatamente la popularidad para convertirse en un ser ajeno a cualquier posibilidad de obtener votos, cosa que impediría a ese político continuar siéndolo, pues acabamos de descubrir el sistema para hacer que nadie quiera dedicarse a ella so pretexto de contentar al ciudadano.
En Castilla-La Mancha ha comenzado la tramitación de la reforma del Reglamento de las Cortes de esa comunidad autónoma para que los diputados cobren exclusivamente por asistencia a plenos y comisiones una cantidad, que debido a lo que el Ministerio de Hacienda entiende que es compensación por gastos, es actualmente de 13.000 € anuales, o lo que es lo mismo unos 1.100 € mensuales.
Esta cantidad es una compensación por los gastos que les suponga su actividad parlamentaria y nada más que eso, por lo que no cotiza a la Seguridad Social, o lo que es lo mismo, desde que entre en vigor en enero de 2013, los diputados de la comunidad Castellano-Manchega no estarán cotizando para su jubilación, y es más, si a consecuencia de su trabajo sufriesen algún accidente, ni si quiera tendrían una pensión contributiva para sufragar su incapacidad laboral, que más vale que sea transitoria porque de ser permanente les condenaría de por vida a la peor de las posibilidades contempladas por el sistema de protección social. No sé como llaman ustedes a eso, pero yo le llamo trabajo precario y lucharía por evitar que cualquier trabajador sufriese semejantes condiciones laborales.
Habrán de tener sus señorías autonómicas en cuenta dos cosas más. La primera y esa no ha cambiado, es que cuando los ciudadanos les echen no cobrarán ninguna indemnización por los años trabajados y la segunda es que tampoco tendrán prestación por desempleo.
De esta guisa, un diputado autonómico pasará cuatro años a 1.100 € mensuales sin pagas extras, sin cotizar desempleo, ni seguridad social y cuando acaben la legislatura se irán a la calle sin nada.
Y mi pregunta es ¿a cuántas personas conoce usted que estén dispuestas a recorrer el camino desde su casa en Albacete hasta Toledo un día sí y otro también para asistir a las tres comisiones y el pleno del que son miembros, más por ejemplo una reunión con comerciantes en Ciudad Real y un importante acto en Guadalajara con alguna otra asociación, sindicato, comité u organización social relevante, sin cobrar kilometraje, ni gastos, ni dietas, ni nada más, puesto que ya cobra los 1.100 € en concepto de gastos y que en cuatro años si su partido pierde se irá a la calle sin un céntimo?
¿Qué clase de político tendrá Castilla-La Mancha a partir de 2015?
Puede que haya quien diga que la política debe ser vocacional y que por tanto no tendrían ni que cobrar. Bueno el argumento es flojo, muy flojo. Vocacional debe ser la educación y a nadie se le pasa por la imaginación pedir que los profesores trabajen gratis. Pero es que además, el razonamiento en cuestión vuelve a caer en el error que muchas veces he recordado desde este blog y es el de lanzar un argumento moralmente plausible sin tener en cuenta sus consecuencias, que son francamente indeseables, y es que si los políticos no cobrasen, ¿quién se dedicaría a la política? Y sobre todo ¿para qué querría alguien dedicarse a una profesión odiada por casi todo el mundo, en la que no se suelen tener demasiados fines de semana en los que no haya que acudir a un acto de partido o social o deportivo o a un incendio forestal o suceso aún menos agradable y en la que para colmo una gran mayoría pone en cuestión tu honradez sin que tu jamás hayas dado ni la más mínima razón para que nadie se permita hacerlo? Y todo ello sin cotizar a la seguridad social, sin indemnización por despido, y con un sueldo mileurista.
Esas son las consecuencias de creer a ciegas lo que dicen algunos medios o ciertas movilizaciones sociales sin reflexionar un poco antes de aceptar sus argumentaciones y sobre todo sin pensar cuales serán sus consecuencias. Pero como la política se debe a los ciudadanos y eso es lo que piden los ciudadanos, de aquellos polvos, estos lodos.
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