Uno de mis principios es el de la firme defensa de la libertad de pensamiento, y una de mis frases favoritas en este campo es de Voltaire: "detesto lo que escribes pero daría mi vida por defender tu derecho a escribirlo". Una vez sentado esto, entremos en materia.
La teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin no puede parecer a nadie algo peligroso ni moralmente reprochable, salvo a los habitantes de algunos estados donde su enseñanza está prohibida por cuestiones religiosas, sin embargo ha sido el origen de las teorías que más muertes, destrucción, horror y consecuencias a largo plazo han causado a los seres humanos de cuantas ha habido en la historia.
Comprendo que esta afirmación parezca sorprendente, pero en la explicación que sigue dejaré sentado que así ha sido, y por analogía, que no pueden dejarse sin contestación muchas de las ideas que de repente toman cuerpo en nuestro mundo, pues sus consecuencias pueden ser terriblemente devastadoras.
Sir Francis Galton, tras leer "El origen de las especies" que había publicado su primo Charles Darwin en 1859, dedicó la década siguiente a aplicar los conocimientos recién aprendidos para evitar algo que desde hacía tiempo venía preocupándole, pues había observado que los métodos de protección que los estados aplicaban a sus ciudadanos, especialmente a los más débiles, enfermos, desprotegidos y discapacitados físicos y psíquicos, no era sino algo absolutamente antinatural que ponía en grave peligro a la especie humana por interrumpir y violar las leyes de la evolución de la especie, y que desembocaría sin duda en un grupo privilegiado de personas sumamente dotadas e inteligentes, seguido de otro con talento y una amplia masa de mediocres. No es casualidad que El Capital de Marx se publicase en 1867.
Personajes de la talla de Graham Bell recogieron tales teorías a finales de aquel siglo y así el propio Bell sugirió que debía prohibirse el matrimonio con personas sordas ya que, según un estudio suyo, la sordera era hereditaria y si se prohibía radicalmente, en pocas generaciones libraríamos a la humanidad de esa enfermedad. Curiosamente la mujer de Graham Bell era sorda.
Galton llamó a su teoría eugenesia. Pronto en todo el mundo surgieron cátedras dedicadas a la eugenética, cuyo fin era el de preocuparse por evitar la degradación de la humanidad en cuanto a especie, eliminar la enfermedad de la faz de la tierra, lograr el talento y la inteligencia en todos los seres humanos, y otras no menos bondadosas intenciones.
Atentos a esas teorías y preocupados por el mundo que heredarían sus hijos, algunos estados, como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Australia, Canadá, Francia, Suecia, Noruega, Dinamarca o Suiza, entre otros, dictaron leyes eugenéticas que bien prohibían el matrimonio con personas de razas con cargas genéticas consideradas menos valiosas o más tendentes a enfermedades, bien ordenaban esterilizaciones forzosas como en el caso de Suecia, que ordenó la esterilización de 62.000 personas con enfermedades mentales o pertenecientes a minorías étnicas, minorías esterilizadas también por orden de los gobiernos canadiense y australiano, por ejemplo, leyes que no se abolieron en su totalidad hasta los años 70 del s. XX. Caso a parte es la URSS en la que Stalin ordenó la eliminación de etnias enteras, pero no se puede decir que lo hiciera exactamente por razones eugenéticas. Realmente lo que ordenaba Stalin era humanamente incomprensible.
Otros menos intervencionistas propugnaron y premiaron los matrimonios entre personas sanas y dotadas intelectual y físicamente, o lo que es lo mismo en un término que oímos actualmente no con tanto estupor, impulsaron la reproducción selectiva. El caso más extremo es el de la Alemania nazi con su política de lebensborn en la que a los arios racialmente puros y miembros de las SS se les animaba a tener tantos hijos como fuera posible dentro y fuera del matrimonio, tanto en Alemania como en los países ocupados, lo que supuso el ostracismo de por vida a miles de mujeres que habían quedado embarazadas de soldados alemanes.
Algunas universidades proponían eliminar a aquellos grupos de individuos que pudieran transmitir males sociales en su herencia genética, como los alcohólicos o los delincuentes.
De aquellas teorías científicas de fines del XIX basadas en la inocua teoría darwiniana, surgió uno de los mayores leviatanes del siglo XX: la teoría de la raza superior llamada a imponerse a todas las demás por propia evolución de la especie humana, y la criminal teoría de la pureza racial que llevó al nazismo a exterminar sistemáticamente a judíos, gitanos, enfermos mentales, homosexuales y a esterilizar en el menos grave de los casos a todos aquellos considerados peligrosos, impidiendo el matrimonio a todo no ario, y ya de paso, de la mano de las no menos peligrosas y salvajes teorías del geógrafo, padre de la geopolítica, historiador, orientalista, políglota -hablaba además de inglés, francés e italiano, japonés, varios dialectos chinos y sánscrito- y catedrático de la Universidad de Munich, Karl Haushofer sobre el Lebensraum o espacio vital, provocar directamente la muerte de más de 50 millones de personas y destruir las principales ciudades y campos de Europa, y parte de Asia y África.
Toda esta explicación, que no conviene olvidar, viene a cuento de las novedosas teorías de la wikicracia o de la llamada democracia real, movimientos que no surgen como los anteriores de las cátedras de las universidades, ni son producto de la reflexión tranquila en un mundo relativamente sosegado, si es que el mundo lo ha sido alguna vez, cosa que tampoco es que deba extrañarnos ya que el mundo forma parte de un universo que es cualquier cosa menos tranquilo y sosegado.
Las no tan novedosas teorías sobre la democracia a las que hago referencia se generan en un momento de fuerte convulsión económica y surgen "de la calle". Hay algo de terriblemente perverso en ellas y es que se otorgan a sí mismas la razón, se consideran las únicas defensoras de la democracia y por supuesto, como todos los movimientos que en la historia han sido, lo hacen en nombre del pueblo, por la libertad, la igualdad de derechos, la justicia y todas esas mismas consignas que siempre han utilizado todos y cada uno de los movimientos políticos de la historia, con unos u otros términos, al menos desde la Revolución Francesa.
Es notoria la incapacidad de todos estos movimientos para formular propuestas concretas y reales que salgan de esa idea generalista y nada practicable de la democracia real y la falta de representatividad de la política, pero sobre todo, es más que peligroso escuchar sus escasísimas concreciones, porque estoy aún esperando que alguno de ellos establezca una sola idea sobre el imprescindible respeto a las minorías que ha llenado horas, páginas y preocupaciones de todos los estudiosos de los sistemas políticos.
Un importante problema con el que se enfrentaría un mundo wikidemócrata sería que los grupos poblacionales pequeños, por ejemplo los que tienen enfermedades raras, los que viven en poblaciones pequeñas, las minorías étnicas, etc. jamás obtendrían nada en un mundo gobernado por individuos votando desde su casa con un ordenador todas y cada una de las decisiones sobre la cosa pública. Sin contar la temeridad que supone tomar decisiones sobre temas complejos como presupuestos, tratados internacionales, defensa, inmigración, sistemas educativos, modelos de sanidad...
A modo de ejemplo muy simple, si a usted le propusieran votar cómo administrar el presupuesto de investigación médica, estoy seguro que entre destinar decenas de millones a la investigación de una enfermedad hereditaria que afecta en todo el país a penas a unas decenas de personas, o destinarlo al cáncer, del que usted seguramente conoce a enfermos que son familiares, amigos, vecinos o compañeros de trabajo, probablemente preferirá que investiguen sobre esa enfermedad que corre usted riesgo de padecer algún día, y no que se destinen los fondos que un día podrían salvarle la vida, a preocuparse de a penas unas decenas de individuos de los que jamás ha oído usted hablar. Y desde luego que al leerlo dirá que no, pero ¿qué ocurrirá cuando tenga que ser usted quien tome la decisión?
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